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“Mi País… Es el país mas adelantado de Medio Oriente, debido a sus vecinos” Efraim Kishon
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“En Irán no tenemos homosexuales como en su país…no tenemos ese fenómeno, no sé quién le ha dicho a usted que lo tenemos” Mahmoud Ahmadinejad en la Universidad de Columbia, EEUU; ante una pregunta del publico.
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“Mi País… Es el país mas adelantado de Medio Oriente, debido a sus vecinos” Efraim Kishon
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“En Irán no tenemos homosexuales como en su país…no tenemos ese fenómeno, no sé quién le ha dicho a usted que lo tenemos” Mahmoud Ahmadinejad en la Universidad de Columbia, EEUU; ante una pregunta del publico.
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Hay una serie de preguntas que uno no debería dejar pasar por alto a la hora de preguntarse como analizar el conflicto árabe-israelí: ¿Es Israel el estado que asesina homosexuales sin piedad? ¿Es Israel el estado que permite la lapidación por adulterio? ¿Es Israel el estado que flagela públicamente “Infieles” y promueve y permite la esclavitud infantil? ¿Es Israel el estado que permite la clitoridectomía y la infibulación (si creen necesitar saber lo que esto significa búsquenlo en el diccionario)? ¿Es Israel el estado que oprime a sus ciudadanos y los mantiene en la pobreza y la analfabetización? ¿Es Israel el estado que subvenciona y promueve el terrorismo internacional? ¿Es Israel un estado que promueve la misoginia? La respuesta es un rotundo ¡NO!
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Si hay un error claro en las preguntas anteriores lamentablemente no es acerca de su contenido, sino más bien acerca de hablar “del estado”, mientras que nos estamos refiriendo a “los estados”: los estados árabes. Estos, que cubren una superficie de mas de 13 millones de kilómetros cuadrados y son increíblemente ricos en petrodólares, casualmente no han hecho mas que explotar al máximo ese dinero en la concreción de palacios y demás obras majestuosas para las clases dominantes, sus reyes y jeques (además de promover la corrupción, impedir la libertad de expresión, el asesinato de disidentes, lavado de cerebro, etc.) y sumir a su pueblo en una pobreza y una analfabetización crítica. La respuesta al porque de esta catástrofe se encuentra en el hecho de que quienes controlan estos llamados estados islamo-fascistas son “islamistas” radicales.
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Expliquemos en que consiste el islamismo y se entenderá el porque de lo anterior: una ideología de musulmanes radicales que sostienen que mediante la yihad (guerra santa) se logrará convertir a los infieles y se concretará el llamado “Gran Califato Mundial”, cuya misión será controlar el mundo, cumpliendo con el designio de Alá en la tierra. Es esta corriente la que ha secuestrado al Islam y a los países árabes, convirtiéndolos en teocracias totalitarias, la que desde el 11 de septiembre de 2001 ha perpetrado más de 12000 atentados en todo el mundo. Para ilustrar la perversidad que estos regímenes permiten, sería bueno mostrar un hecho que ilustre lo anteriormente dicho: Hace unas semanas, Naciones Unidas afirmó que una niña somalí de 13 años fue lapidada hasta la muerte por islamistas que la acusaban de adulterio. Otro hecho cercano a la fecha es el establecimiento del llamado “Comité de Minorías” en Irán, “el cual se encargará del conflicto cultural con las minorías religiosas en el país” (para reprimirlas aun más). Así se podrían enumerar cientos de hechos aberrantes que ante la opinión pública pasan completamente desapercibidos.
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Tal vez no sea exagerado decir que en los medios de comunicación de países como Irán o Arabia Saudita la negación de la shoá, los mitos judeofóbicos, la exaltación del nazismo y la demonización de Israel son tan normales como el pronóstico del tiempo. La pregunta inicial, la que ahora será un poco más clara, es: ¿Qué tiene que ver Israel con los problemas de los países árabes, si estas son cuestiones que deberían solucionar entre ellos? La respuesta es que deberían solucionarlo entre ellos en la medida en que no ataquen a Israel. Arabia Saudita cuelga homosexuales pero puede realizar una “Iniciativa de Paz” para Israel, Irán puede negar la shoá y su presidente Ahmedinejad declarar una y otra vez que debe desaparecer Israel pero a la vez exigir a Israel que deje de “violar los derechos de los palestinos”. Libia, otro gran violador de derechos humanos, se da el lujo de decirle a Israel lo que tiene que hacer.
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Ante semejante hipocresía deberíamos encontrar en los organismos internacionales quienes condenen estas acciones, pero son justamente quienes las promueven: El consejo de DDHH de la ONU esta constituido por estos países, Aproximadamente un tercio de las resoluciones de condena del Consejo de Seguridad de la ONU se dirige a Israel, La Corte Internacional de Justicia ha condenado la Valla Anti-terrorista de Israel y, solo como un ejemplo más, es a Israel a quien Universidades de Occidente le realizan boicots. A las amplias violaciones de derechos humanos en países árabes no se les dedica nada en comparación a como se persigue obsesivamente a Israel.
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Expliquemos en que consiste el islamismo y se entenderá el porque de lo anterior: una ideología de musulmanes radicales que sostienen que mediante la yihad (guerra santa) se logrará convertir a los infieles y se concretará el llamado “Gran Califato Mundial”, cuya misión será controlar el mundo, cumpliendo con el designio de Alá en la tierra. Es esta corriente la que ha secuestrado al Islam y a los países árabes, convirtiéndolos en teocracias totalitarias, la que desde el 11 de septiembre de 2001 ha perpetrado más de 12000 atentados en todo el mundo. Para ilustrar la perversidad que estos regímenes permiten, sería bueno mostrar un hecho que ilustre lo anteriormente dicho: Hace unas semanas, Naciones Unidas afirmó que una niña somalí de 13 años fue lapidada hasta la muerte por islamistas que la acusaban de adulterio. Otro hecho cercano a la fecha es el establecimiento del llamado “Comité de Minorías” en Irán, “el cual se encargará del conflicto cultural con las minorías religiosas en el país” (para reprimirlas aun más). Así se podrían enumerar cientos de hechos aberrantes que ante la opinión pública pasan completamente desapercibidos.
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Tal vez no sea exagerado decir que en los medios de comunicación de países como Irán o Arabia Saudita la negación de la shoá, los mitos judeofóbicos, la exaltación del nazismo y la demonización de Israel son tan normales como el pronóstico del tiempo. La pregunta inicial, la que ahora será un poco más clara, es: ¿Qué tiene que ver Israel con los problemas de los países árabes, si estas son cuestiones que deberían solucionar entre ellos? La respuesta es que deberían solucionarlo entre ellos en la medida en que no ataquen a Israel. Arabia Saudita cuelga homosexuales pero puede realizar una “Iniciativa de Paz” para Israel, Irán puede negar la shoá y su presidente Ahmedinejad declarar una y otra vez que debe desaparecer Israel pero a la vez exigir a Israel que deje de “violar los derechos de los palestinos”. Libia, otro gran violador de derechos humanos, se da el lujo de decirle a Israel lo que tiene que hacer.
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Ante semejante hipocresía deberíamos encontrar en los organismos internacionales quienes condenen estas acciones, pero son justamente quienes las promueven: El consejo de DDHH de la ONU esta constituido por estos países, Aproximadamente un tercio de las resoluciones de condena del Consejo de Seguridad de la ONU se dirige a Israel, La Corte Internacional de Justicia ha condenado la Valla Anti-terrorista de Israel y, solo como un ejemplo más, es a Israel a quien Universidades de Occidente le realizan boicots. A las amplias violaciones de derechos humanos en países árabes no se les dedica nada en comparación a como se persigue obsesivamente a Israel.
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Este artículo no se propone dar una explicación a lo anterior, ni hablar solo de israelíes y palestinos: es necesario reconocer el problema a escala global. Es necesario saber que la guerra que le han declarado a Israel no se limita a la franja de Gaza, ni a Judea y Samaria, sino que es una guerra que el Islamismo le ha declarado a Occidente. Israel representa uno de los pocos estados que ha reconocido la amenaza y ha debido lidiar con ella desde hace 60 años. Y es necesario reconocer que en esta guerra no solo Israel se ve amenazado, sino Occidente tal como lo conocemos, y si no queremos llegar al momento en que obliguen a nuestras madres o hermanas a usar un “chador” y una “burqa” es necesario reconocer el problema y apoyar a Israel y sus aliados en esta lucha.
Hoy más que nunca.
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Futer
Madrij Merkaz Etgar
Rosario, Argentina
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Madrij Merkaz Etgar
Rosario, Argentina