Quizás me equivoque, pero creo poder afirmar que cualquiera con un buen tiempo dentro de un Tzevet de Madrijim, no importa de que Merkaz, ve como llega el dilema de, digámosle, “el 2x1”. Cada dos, trabaja uno. Y estoy siendo generoso, a veces la oferta es mejor (o peor) y hay “3x1”.
Cuando nos planteamos y replanteamos nuestra ideología, nuestros valores, nuestros objetivos y el porqué de nuestras acciones, olvidamos muchas veces cómo eso se refleja en el día a día, y de qué manera apuntamos a alcanzarnos o acercarnos un poco más. No tenemos planes o estrategias, muchas veces nos quedamos en intenciones, frases hechas o un enorme conjunto de buenas voluntades desordenadas. Porque, al fin y al cabo, todos queremos lo mismo para la Tnuá : más educación, más janijim, más compromiso, más ideología, más aliá, más tnuá en su conjunto.
El planteo es cómo lograrlo, como hacerlo. Debatimos por horas en las aseifot, nos preguntamos si a las 14hs o a las 15hs, si un Viernes o un Sábado, si tal fecha o tal otra, si compramos hojas o no, si llamamos por teléfono o tocamos timbres… Debatimos, discutimos y compartimos.
Y esta bárbaro, pero no alcanza. No quiero ofender, pero en un alto porcentaje, cuando salimos de una aseifá acalorada nos sacamos inmediatamente la camiseta y la guardamos hasta la próxima que la necesitemos. O sea, nos vamos, nos olvidamos, y todo eso que teorizamos queda ahí en un papel o en el aire, como una simple teoría. Y a las palabras se las lleva el viento, lo único que quedan son nuestras acciones.
Ahora, esto es fácil de decir. Yo me siento en la computadora y planteo problemas. Me siento en una aseifá y planteo problemas, teorizo soluciones. Yo y todos. El asunto es mancharse las manos, porque las cosas no se hacen solas. La teoría no se mueve, las acciones si. Se trata de plantear soluciones, de ocuparse de las cosas en lugar de preocuparse. De moverse en vez de quejarse y de hacer en lugar de protestar.
Claro que debemos discutir nuestra ideología, nuestros valores y objetivos, pero no tenemos que olvidarnos de poner las cosas en prácticas. Estamos tan ocupados en pensar que nos olvidamos de actuar. Evaluamos tanto qué hacer, que llegamos tarde.
Entiendo que la única forma de alcanzar lo que nos planteamos es trabajar por y para ello. Considero para eso esencial que cualquier tzevet sepa con qué componentes humanos cuenta, saber quiénes lo conforman, quién va a participar, a quién recurrir. Estoy de acuerdo con todo lo que la Tnuá postula actualmente con respecto al Rol del Madrij, pero creo que los madrijim tienen que aprender, pero por sobre todas las cosas creer y estar convencidos, que su tarea va mil veces más allá de dar peulá. También va mucho más allá de ir a una aseifá. Es capacitarse, interesarse por sus janijim, como bien dice la plataforma.
Quizás deberíamos expandirnos sobre un punto y recalcarlo:
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“Activismo y compromiso a través de los valores judeo-sionistas con la Tnuá y hacia la propia comunidad a la que pertenece.”
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Explicitar que el Madrij es el encargado de llevar adelante la Tnuá y que la única forma de hacerlo es trabajando para ello, creyendo en ello. Entender la relevancia y centralidad de su tarea. Debemos pensar quién es y qué es el madrij… Donde están sus valores, a qué punto debe llegar su interés y su compromiso para ser considerado como tal.
Las cosas no se hacen solas, los cambios los hacen las personas. Tampoco la Tnuá se mueve sola, es la gente que la forma la que la hace caminar. Entonces, saber quienes la ayudan a avanzar nos va a ayudar a no tropezarnos.
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Andrés Nomaksteinsky
Guizbar Artzí
Buenos Aires, Argentina